CAPÍTULO 33


– No tengo intención de continuar con esta farsa por más tiempo. - Unodien conspiraba con Gambit mientras paseaban por la playa. – Si he esperado tanto tiempo fue porque mantenía la esperanza de encontraros. Pero ahora que ya estamos juntos de nuevo, nada nos retiene aquí.


-         Pero no creo que te dejen marchar tan fácilmente.


-         No, yo tampoco lo creo… - y volvió su mirada hacia el mar.


Daniel jugaba en la orilla a pocos metros de ellos, pero no se perdía una palabra de la conversación. Él también era parte importante de aquel trío y esperaba que contaran con él. No pensaba consentir que lo dejaran atrás.


 


Odyne, Segunda Pastora del Círculo meditaba. Las palabras del Navegante resonaban aún en su cabeza. “Tenéis que dejar que siga su camino, pero no le perdáis de vista”…


Así que debía dejarle marchar si ese era su deseo. Pero, cómo hacer para no perderlo de vista?


La Segunda Pastora no tenía ni idea de cómo hacerlo, pero no se preocupó. Cerró los ojos y meditó. Estaba segura que la solución se presentaría en el momento oportuno.


La primera tarea que debía llevar a cabo era preparar las votaciones para elegir al nuevo Navegante. Nueva Esperanza no podía estar sin un líder que la dirigiera y la confortara en los momentos duros. Tres o cuatro miembros del Círculo de Ancianos se perfilaban como candidatos idóneos. Pero habría que esperar a la votación final. Podría hacer sorpresas de última hora!


El nuevo Navegante debería ser una persona en quien toda la Comunidad confiase ciegamente; alguien cuyas decisiones no se discutirían jamás, por venir de alguien con la suficiente sabiduría y buen juicio, que fueran irrebatibles, y no sólo eso, sino que a nadie nunca se le ocurriría hacerlo, porque en primer lugar, sería considerado como una falta grave de respeto.


(*UNO SIEMPRE)

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